lunes, 22 de septiembre de 2014

El secreto de Gaudlin Hall


John Boyne se adentra en el mundo de la literatura gótica para contarnos la historia de Eliza, una maestra de en la Inglaterra del siglo XIX, años de Dickens y de sus episodios por entregas que acabarían convirtiéndose en obras maestras. Eliza y su padre viven armoniosamente en Londres; él es entomólogo del Museo Británico y ella da clases a niñas pequeñas en un colegio. Todo comienza cuando el padre muere y Eliza se da cuenta de que las cosas no van a serle fáciles a partir de ese momento. Leyendo el periódico, le atrae poderosamente la atención un anuncio que busca a una institutriz para unos niños en el campo. Dispuesta a mejorar su actual vida, contesta al anuncio y no tarda en ser aceptada en una misiva que la cita días más tarde. A pesar de que no sabe exactamente quienes con sus patronos ni cuántos niños habrá de cuidar, no se lo piensa dos veces y parte en tren hasta su nuevo destino. Tras algún extraño incidente, llega a la mansión para descubrir a Eustace e Isabella, dos niños que al parecer viven solos sin la supervisión de un adulto. Pero no todo es lo que parece. Tendrán que transcurrir unos días para que Eliza conozca lo que ocurre en la casa y a quienes en realidad habitan en ella.

Todos los seguidores o lectores de este escritor irlandés -que se hizo famoso en todo el mundo con El niño con el pijama de rayas-, saben que no se mueve en un estilo determinado, sino que gusta de tocar varias teclas para crear novelas de todo tipo. A veces los resultados son buenos, otras en cambio no tanto. En mi opinión, con El secreto de Gaudlin Hall ha sabido recrear todos los tópicos que necesita una novela gótica que se precie, incluida la narración en primera persona, asfixiante y misteriosa, que acompaña cada página.
 
 

He disfrutado mucho con el libro, que no podía dejar de leer un instante. Y es que como yo me meta en una mansión misteriosa del siglo XIX ya no salgo a no ser que me echen.

 

 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Libros, libros y más libros


Aunque seguimos con calor -en algunos sitios más que otros- ya se va notando la próxima llegada del otoño, sobre todo porque los días son más cortos y porque se pueden ver algunas hojas que caen de los árboles. Mientras vuelvo a la rutina de la época, intento dejar atrás los largos meses de verano, que para mí han sido muy intensos. He tenido el blog abandonado a mi pesar así que lo retomo ahora mismo hablando de algunos libros que me han acompañado estas vacaciones.

Empiezo por un escritor alemán, Sebastián Haffner. Me llamó la atención una reseña donde se hablaba de él en un periódico. Al parecer su libro, el único que escribió, ha sido publicado sesenta años después de su muerte, en 1999, convirtiéndose en una lectura imprescindible para conocer la historia de Alemania en el siglo XX. A modo de biografía, Sebastián nos habla del día a día de la dictadura nazi, lo que llevó a la gente a confiar en un partido tan devastador y cómo otros tuvieron que largarse o aguantar el chaparrón como pudieron. Es un tema trillado del que se ha hablado ya mucho, pero siempre merece la pena leer Historia de un alemán porque es una maravilla histórica. Resulta curioso observar cómo este abogado de clase media alta –no era judío ni comunista, ni perteneciente a ningún grupo de riesgo- consiguió tener una visión tan realista de lo que estaba pasando; al contrario que sus compatriotas él no se dejo llevar por la histeria de la ideología y adivinó el desastre que Hitler y sus secuaces llevarían a su pueblo. Acusa al resto de alemanes de ser unos estúpidos que han olvidado que durante muchos años han estado representando la cultura occidental y se avergüenza de ellos. Llega a decir que cuando un alemán se hace nacionalista deja de ser alemán. Lo recomiendo a quien, como yo, disfruta con la historia.
 
 

El último refugio es una novela típica de su escritora, Tracy Chevalier. Estamos en 1850 y dos hermanas cuáqueras inglesas viajan hasta América, donde una de ellas va a casarse con uno de los suyos. El viaje se hace largo y pesado y Grace, la hermana casadera, cae enferma y muere al llegar a destino. Sarah se queda sola. Al principio, mientras espera que el novio de Grace vaya a rescatarla para llevarla a la comunidad, pasa unos días con una mujer muy especial, una sombrerera que en secreto ayuda a ocultar a negros esclavos que escapan del Sur. Lo que vive allí, unido a los preceptos de su religión, le hace comprender que puede dedicarse a algo más que a vegetar en una tierra que le resulta muy extraña.


He tenido en mis manos La reina de la remolacha de Louise Erdrich, durante algunos meses sin decidirme a leerla. Nadie me había hablado de ella y no estaba segura de que fuera a gustarme. Al fin, me puse a ello y no me arrepentí. Terminé en unos cuantos días pues me resultó muy amena tanto en los personajes como en su argumento. La historia comienza cuando la madre de Mary Adare huye una noche dejándola sola con sus dos hermanos pequeños. Estamos en plenos años 20, en una América profunda que lucha contra la depresión. Tan solo pasan varios minutos desde que están solos cuando alguien les quita el bebé por lo que Mary y su hermano Karl, totalmente asustados y perdidos en un mundo desconocido, deciden ir en busca del amparo de una tía. El camino no es fácil y encima terminan cada uno por un lado. Solo Mary llegará a casa de sus parientes, pero no será tan idílico como ella esperaba.  Los años pasan y los protagonistas siguen con sus vidas, pero ninguno olvida aquella triste noche que los ha dejado marcados para siempre. No cuento más…


 

En internet definen Bajo una estrella cruel. Una vida en Praga (1941-1968) de  Heda Margolius Kovály como una crítica a cualquier totalitarismo. Es la biografía de la escritora, una hija de judíos acomodados cuya familia se vio inmersa en los horrores de los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Heda consiguió escapar en uno de los traslados y permaneció escondida en Praga hasta el fin de la contienda. Solo entonces pudo reunirse con su marido, Rudolf Margolius, que también había sobrevivido y esperaba participar en el nuevo gobierno de Checoslovaquia. Llegó a ser ministro de exteriores, pero una purga estalinista lo llevó a la cárcel, donde terminó muriendo poco después. Heda y su hijo se vieron confinados a una vida lamentable donde todo el mundo la creía sospechosa y enemiga del régimen.    




El alumno de Patrick Redmond nos cuenta la historia de un colegio interno de los años cincuenta en Inglaterra. Jonathan es un chico tímido, de clase humilde. No cree encajar en aquel recinto elitista donde los otros alumnos se sienten felices y seguros. No tiene muchos amigos, solo unos cuantos que son iguales que él, una especie de apestados para los demás. Pero Jonathan va a conocer a Richard y todo eso va a cambiar. Porque Richard es muy inteligente y además frío y calculador, va a su aire y no parece que le guste nadie. Trata a todo el mundo con desdén, incluido al profesorado, del cual se burla con indiferencia. Cuando Richard lo rescata de unos abusones, Jonathan se siente entusiasmado por haber captado la atención de semejante personaje. Sin embargo, con el tiempo se da cuenta de que detrás de Richard hay algo extraño y malévolo que a la larga va a perjudicarle. Suspense hasta el final.


 

Hace muchos años que descubrí a la escritora Nancy Mitford. Me encantan sus libros, que son mordaces y críticos con la alta sociedad inglesa, a la que ella misma pertenecía. La vida de Nancy y su familia es ya una novela en sí misma. El padre, Lord Redesdale, era el típico aristócrata inglés acomodado que vivía pletóricamente en el campo. Rodeado de sus perros de caza y sus caballos, era amante además de la derecha política y criticaba cualquier cosa que no fuera inglesa. Su mujer parió un hijo y seis hijas, lo cual no impidió estar siempre preparada para cualquier eventualidad que su posición requiriera, como nobles meriendas o invitaciones a lujosas casas campestres. Fueron un matrimonio de lo más convencional hasta que sus hijas fueron imponiendo un toque de originalidad a sus vidas. El caso es que la mayoría de ellas acabaron siendo muy extravagantes para la época. Nancy se hizo escritora y se dedicó a describir a todos ellos, incluidos sus padres, en cada desternillante novela que publicaba. Su hermana Diana, casada con el heredero de Guinnes, se divorció de éste para unirse en pecado a Sir Oswald Mosley, el famoso fascista británico que pretendía adentrar el nazismo en la isla y que acabó siendo encarcelado. Unity se hizo nazi y vivió en Berlín, donde conoció a Hitler y su camarilla, enamorándose de todos ellos. Cuando Inglaterra declaró la guerra a Alemania, intentó suicidarse incapaz de soportar que sus queridas patrias se enzarzaran en conflicto. La devolvieron a sus padres y estuvo incapacitada hasta que murió años después. Jessica se afilió al partido comunista y huyo con un sobrino de Churchill a España, donde pretendieron luchar contra los fascistas de Franco. Es ella la que narra la novela Nobles y rebeldes, una biografía de su vida y la de su familia haciendo gala de un humor y sinceridad extraordinarios. Después de leerla, he entendido muchos gags que Nancy empleaba en sus novelas y que sin duda copió de la realidad de sus hermanas. Una historia muy, muy interesante.


 

He leído algunos más pero lo dejo para otra entrada. Espero que hayáis pasado un buen verano.