Hablando de otra época estábamos cuando alguien
dijo: Cualquier tiempo pasado fue mejor. Una frase bien trillada que todos
utilizamos en la cotidianidad de nuestra vida.
¿Pero de donde viene? ¿Quién la usó por primera vez? Yo particularmente pienso que está con nosotros desde que el ser humano empezó a hablar, ya se sabe lo mucho que nos gusta recordar los viejos tiempos y cuanta nostalgia sentimos por ellos suspirando solo por los ratos buenos. Sin embargo, fue Jorge Manrique quien la inmortalizó en su obra Coplas a la muerte de su padre, donde nos dice:
¿Pero de donde viene? ¿Quién la usó por primera vez? Yo particularmente pienso que está con nosotros desde que el ser humano empezó a hablar, ya se sabe lo mucho que nos gusta recordar los viejos tiempos y cuanta nostalgia sentimos por ellos suspirando solo por los ratos buenos. Sin embargo, fue Jorge Manrique quien la inmortalizó en su obra Coplas a la muerte de su padre, donde nos dice:
Recuerde al alma dormida
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer
cómo después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Maravilloso poeta que no solo nos ha dejado esa
frase, sino también otras como Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la
mar, que es el morir.
¡Eureka!, gritó Arquímedes cuando descubrió su
famoso principio, aquel que dice que Todo cuerpo sumergido en un líquido
desaloja un volumen de este igual al suyo y pierde de su peso una cantidad
igual al peso del volumen del líquido desalojado. Imagino su alegría y
comprendo que gritara ¡Lo encontré!, que es lo que en griego quiere decir la
palabra Eureka. Dicen que estaba tan entusiasmado que salió desnudo a la calle
a que lo felicitaran.
Y seguro que Arquímedes se enamoró alguna vez. Lo
que no tengo claro es que dijera eso de Hoy te quiero más que ayer pero menos
que mañana ya que su autora, Rosemonde Gérard, no lo escribió hasta finales
del siglo XIX. Por cierto, esta poetisa fue esposa de Edmond Rostand, quien
escribió Cyrano de Bergerac.
Tal vez de vivir hoy, este escritor que nos dejó una
obra conocida por todos y llevada al cine muchas veces, se daría muchos humos.
¿Y por qué decimos humos precisamente? Pues porque en la antigua Roma los
aristócratas solían tener bustos tallados de sus antepasados, algo que los
hacía distinguidos para el resto del pueblo. La polución y los humos hacían que
estos bustos fueran ennegreciendo con el tiempo pero esto, en vez de
estropearlos a los ojos de los demás, los hacía más valiosos, ya que
significaba que el linaje de la familia era antiguo. Parecido a 8 apellidos
vascos pero con esculturas en piedra.
¡Vete a la porra!, podrá pensar alguien que esté
leyendo esto. La porra, aparte de ser hoy un plato tradicional antequerano y
que recomiendo a todo el mundo, fue en su día un bastón que utilizaba el tambor
de las orquestas militares. Cuando no se usaba, se dejaba a la puerta de las
dependencias, cerca de la prisión. Así, si un soldado se portaba mal y había
que castigarlo, el jefe al mando le decía Váyase cerca de la porra, lo que al
final se resumió mandándolo directamente a la porra, que pronto dejaría de ser
un bastón en nuestra mente para convertirse en una gran caca donde enviar a
aquellas personas que nos fastidian.
Yo, por si acaso, prefiero usar el nombre solo para
pedir una tapita en cualquier bar de Antequera, vaya a ser que armemos la
Marimorena. María Morena, tabernera de Madrid, que tenía la bodega llena de
vino y se negó a venderlos, vaya usted a saber por qué. Ocurrió en 1579 y el
pleito fue tan anecdótico y lioso que terminó por hacerse famoso, al igual que
el apellido, del que hoy hacemos uso con frecuencia cuando avistamos un follón. Hay
quien prefiere Armar la de Dios es Cristo, que viene de un concilio ecuménico en
Nicea en el año 325 D.C., donde los participantes terminaron discutiendo
apasionadamente acerca de la doble naturaleza de Jesucristo.
Pero vamos, que también puedes elegir la opción San Quintín.
Eso de Armarse la de San Quintín proviene del año 1557, concretamente el día 10
de agosto –día de San Lorenzo y popularmente el más caluroso del año- cuando
los españoles aniquilaron a los franceses causando muchas bajas entre los dos
bandos.
Espero que estéis teniendo un buen verano sin
necesidad de armar nada.