A veces no veo más allá de mis narices.
A veces llevo tanto equipaje que no puedo cargar con nada más.
No encuentro horas que completen mis días. Y mis tardes. Y mis noches. Y mi vida entera.
No percibo esos detalles que otros encuentran fácilmente para mostrarnos el mundo tal como es. Belleza y fealdad mezcladas en un batiburrillo de emociones. Amor y odio aliados hasta la locura.
A veces quisiera escribir sobre aquello que todavía no he visto.
Y sigo esperando.