Acabo de
terminar un libro que me recomendó Cristina, la profesora del taller de
Literatura Creativa. Se llama Purga y su autora es la finlandesa Sofi Oksanen.
La palabra
purga se refiere a las detenciones y persecuciones que Stalin firmó en la Unión
Soviética para todo aquel que no estuviese de acuerdo con sus decisiones o
simplemente para aquellas personas que no le viniesen bien al partido que representaba. Ya sabemos que
el dictador era caprichoso en estos detalles y a veces decidía detener a todos
los que tuvieran una carrera o una religión determinadas. Estas purgas- fueron
más de una- las sufrieron médicos, militares, comerciantes..., algunos
terminaron sus vidas en campos de concentración y otros fueron ejecutados al detenerlos.
Una de las historias más tristes del siglo XX.
Estamos a
principios de los noventa en Estonia. Aliide, una anciana cuyo difunto marido
perteneció a la policía soviética, descubre en el patio de su casa un bulto
sospechoso. Temerosa por lo que aquello pueda significar- sabe que la gente del
pueblo no le tiene demasiado cariño debido a la profesión del marido- decide
echar un vistazo y descubre a Zara, una jovencita exhausta que parece
necesitar ayuda. Sin pensarlo mucho, Aliide la entra en casa y la cuida.
Comenzamos así a conocer la historia de ambas mujeres. La una nos cuenta su
vida a través de los años en Estonia, la llegada de nazis y soviéticos, la
Segunda Guerra Mundial y el transcurso de un montón de años de dominación rusa.
Zara nos muestra el lado moderno del este de Europa, donde las
mafias secuestran chicas para llevarlas a occidente como prostitutas y
mantenerlas esclavizadas durante años sin esperanza, a no ser que alguna de
ellas pueda escapar para buscar a alguien que esté dispuesto a ayudarla. Ambas
historias se entrecruzan en capítulos cortos y amenos para encajar al final con
una maestría impresionante.