sábado, 18 de marzo de 2017

Fotos, fotos y más fotos

La mañana no ha sido muy buena para hacer fotos. Un sol esplendoroso y ni una nube en el cielo. Afortunadamente, en Antequera siempre hay detalles que suplan estas deficiencias y salir con la cámara y un montón de compañeros resulta muy divertido.




Me encantan estos robados. Pero en verdad salimos en busca de curvas y líneas.











Y de inspiración, por supuesto.








Y encima nos llegaron "regalitos" como estos:





lunes, 13 de marzo de 2017

Pájaros

Siempre he sentido una gran fascinación por las aves. Me encanta observar el colorido que desprenden  sus cuerpos aerodinámicos y esa sensación de libertad que deja a los que no podemos despegar los pies del suelo.







Hace muchos años, cuando vivía sola, un vecino que me conocía de toda la vida me regaló un canario. No tuve valor para decirle que detesto ver a los pájaros encerrados, así que se lo agradecí y me lo llevé a casa. Era una bolita amarilla adorable. Lo llamé Chaplin.




Le había comprado una jaula enorme, tal vez desproporcionada para su diminuto tamaño, y como pasaba muchas horas fuera de casa por el trabajo, me sentía culpable por dejarlo tanto tiempo solo. Por eso lo sacaba de su casita para que volase y se sintiera libre.
 Nunca lo intentó siquiera. Se limitaba a quedarse sobre mi mano, mirando alrededor y picoteando de vez en cuando algún grano que le ofrecía. Tampoco cantó jamás.




Un día, cuando volví a casa al atardecer, lo encontré muerto. Después de pensarlo mucho, lo enterré en un lugar de Algeciras donde mi colegio organizaba excursiones que para mí significaron horas de libertad maravillosas.
 Frente al mar sobre el que volaban miles de aves cada día. Dejé allí su cuerpo, pero me dio por pensar que su alma se lanzaba por fin a la aventura.






Desde entonces me limito a verlas en su hábitat natural y a fotografiarlas. Cuando me dejan, claro.