William Powell fue
un actor muy conocido en aquel Hollywood en blanco y negro de principios de
siglo XX. Sus películas más famosas, las que lo hicieron uno de los actores más
cotizados en la década de los treinta y los cuarenta, fueron una serie de seis
donde interpretó a Nick Charles, un detective encantador cuya intromisión en
cualquier asunto turbio hace que los delincuentes terminen en la cárcel. Con
cierta chulería innata, una magia especial para las mujeres, un humor exclusivo
y una gran camaradería con gente de los bajos fondos, Nick va sorteando
peligros, problemas y misterios arrancándonos sonrisas y a veces alguna que
otra carcajada. Su pareja en este baile de asesinatos, robos o secuestros es
nada menos que Nora (la actriz Mirna Loy), una rica heredera que siempre está
dispuesta a seguir al detective para vivir un sinfín de aventuras.
A la saga completa
de estas seis películas se les llama “El hombre delgado” por el título original
de la primera.
“La cena de los
acusados” (The thin man, 1934) comienza cuando Nick está pasando unas
vacaciones con su recién estrenada esposa en Nueva York. Entre hoteles de lujo,
martinis a todas horas y paseos a su perro Asta, Nick y Nora ayudan a una amiga
a tratar de hallar al padre de esta, desaparecido sin que nadie sepa donde
pueda estar. Nick descubre que alguna gente puede haberlo secuestrado o
asesinado y es cuando comienzan las pesquisas.
“Ella, él y Asta”
(After the thin man, 1936). Nick y Nora, junto a su inseparable perro Asta,
regresan a su casa de California a tiempo para pasar la noche de fin de año.
Pero como siempre, nada más llegar se encuentran con un grave problema: el
marido de la prima de Nora ha dejado a su esposa para mezclarse con gente poco
fiable. El detective comienza a investigar.
“Otra reunión de
acusados” (Another thin man, 1939) cuenta la historia de un amigo de
Nick que parecer estar siendo perseguido por alguien para matarle. El detective
se pone en acción para resolver el caso, metiéndose en algunos líos y haciendo
que Nora, siempre dispuesta a ayudarlo en cualquier situación, sea parte
esencial de la historia.
“La sombra de los
acusados” (Shadow of the thin man, 1941). Nora y Nick van a las carreras, donde
casualmente se comete un asesinato. Al día siguiente vuelve a cometerse otro y
Nick ve que ambos pueden estar relacionados.
“El regreso de
aquel hombre” (The thin mal goes home, 1944). Divertida película donde Nick y
Nora van a visitar a los padres de él, al pueblecito donde nació y se crió.
Como es lógico todo el mundo lo conoce y quiere saber de él y de su vida como
detective en la gran ciudad, y también por supuesto le piden ayuda cuando se
comete un asesinato entre aquellas gentes tranquilas.
“La ruleta de la
muerte” (Song of the thin man, 1947). Acción, música, secuestros, antros de
mala muerte, casas lujosas y un misterio que resolver. Mayor protagonismo del
hijo de la pareja, que ya había aparecido desde bebe y ha ido creciendo a
medida que se sucedían las películas.
Hay muchos actores
secundarios que luego adquirieron gran fama, entre ellos un James Stewart
jovencísimo cuyo papel no deja indiferente en la segunda de la serie.
Reconozco que no
son películas de una calidad extrema y que algunas veces llegan a ser
previsibles, pero en su género son tan encantadoras que se pasa un buen rato.
William Powell está excelente en su papel de cínico, juerguista, amante de los
martinis y burlándose de todo y todos. Mirna Loy hace como siempre un buen
papel. Curioso el papel que interpreta cada uno de los actores que hacen del
hijo, un hijo tan especial como sus progenitores. Los guiones son rápidos,
deliciosos y muy entretenidos. Hasta el perro Asta consigue realizar un número
de escenas que son tan divertidas como tiernas.
Buena saga para
ver en verano.
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