Roman Frister nació en Polonia, donde se crió en una familia acomodada
judía. Cuando los alemanes invadieron el país, Roman estuvo en un centro de
detención de Cracovia y fue testigo del asesinato de su madre. Después, junto a
su padre, estuvo internado en Starochiwice, un campo de trabajo donde después
de algún tiempo el padre murió de fiebre tifoidea. Más tarde, durante los
siguientes años de la 2ª Guerra Mundial, lo recluyeron en los campos de
Mauthausen y Auschwitz hasta que al fin fue liberado. De todas las experiencias
que vivió nos habla en su libro “La gorra o el precio de la vida”, una historia
que sería una de tantas sobre las desgracias de los judíos en manos de los
nazis, si no fuera porque Roman escribe de forma sincera, cruel y realista las
vivencias que experimentó junto a otros miles de presos como él. Lo suyo no es
la típica novela del holocausto, es más bien un desgarrador relato sobre la
vida y sobre la naturaleza real de las personas y sus defectos. Roman no juzga
ni sentencia, simplemente explica lo que ocurrió y cómo tuvo que espabilar para
subsistir entre víctimas y verdugos. Es en ese entorno miserable donde el escritor aprende que el precio de la
muerte bien puede ser una vieja y sucia gorra.
Roman no termina el libro con la liberación de Auschwitz sino que continúa
explicando las dificultades de los polacos en la era comunista y su final
emigración a Israel, donde ha estado viviendo desde entonces. Cuando terminas de
leer su historia te das cuenta que su mejor arma ha sido la valentía y no solo
por haber sobrevivido a aquellos años de horror y tragedia sino por habernos
contado todo ello de una manera tan sincera y directa. Totalmente recomendable.
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