La guerra de las galaxias

“Hace muchos años, en una galaxia muy, muy lejana…”

Ayer hizo 35 que se estrenó pero en realidad yo la vi meses más tarde en un cine de verano llamado “El Mirador,” en Algeciras. Confieso que aquel día me convertí en una friki, término que aún no conocía pero que ahora abandero con orgullo.

Todavía recuerdo el olor a palomitas, pipas y regaliz bajo la noche estrellada. Cientos de sillas de madera bien alineadas ocupadas por todos esos niños y niñas que esperábamos con ojos impacientes que terminasen los anuncios. El comienzo de la película nos volvió mudos y estáticos. Allí aparecieron Hans Solo, la Princesa Leia, Luke Skywalker, Obi-Wan Kenobi, R2-D2 y C-3PO, metiéndose de lleno en nuestras vidas y cambiándolas para siempre. Como nos quedamos con aquellos efectos especiales que nos transportaban a las mismísimas galaxias… Hicimos nuestra la música, la historia, los personajes… Luego estuvimos hablando de todos ellos durante meses y comprábamos los cromos, los comics y cualquier chicle o yogur que nos regalara una fotografía de una de sus imágenes. Yo incluso me dediqué a escribir relatos espaciales sobre robots buenos y pilotos de aeronaves que enamoran a princesas a la velocidad de la luz.

Con el tiempo una va encontrando otras películas y explora otros estilos, pero nunca, nunca he dejado de adorar esta saga que tanto buenos ratos me ha hecho pasar.

¿Qué más puedo decir de “La Guerra de las Galaxias” que no se haya dicho ya?

Solo puedo dar las gracias a su creador, George Lucas, por haber tenido la idea y haberla convertido en película para que su magia nos acompañe de por vida.

“Que la fuerza te acompañe.” (May the force be with you)