viernes, 6 de julio de 2012

Ninotchka


Ingredientes para una comedia perfecta:

-         Charles Brackett, Billy Wilder y Walter Reisch haciendo el guión.  

-         Ernst Lubitsch dirigiendo.

-         Greta Garbo y Melvyn Douglas en los principales papeles.

-         Felix Bressart  y Sig Ruman, entre otros,  como actores secundarios.

Con semejante conjunción de genios solo podía salir una película como “Ninotchka”.

La acción comienza en Paris, donde tres emisarios rusos son enviados desde Moscú para vender unas joyas pertenecientes a la Gran Duquesa Swana, quién además de vivir en la capital francesa es amiga íntima de un distinguido playboy, el Conde León de Algout (Melvyn Douglas). Cuando la Gran Duquesa se entera de que sus joyas, confiscadas por el gobierno comunista, están ahora en occidente, no duda en enviar al Conde para que negocie el modo de devolverlas a su legítima dueña. El Conde enseguida de dedica a camelarse a los emisarios, quienes se enamoran del sistema capitalista y comienzan a vivir a lo grande, olvidando un poco el asunto que los ha llevado hasta allí. Por todo esto, el gobierno ruso, envía a un cuarto emisario para zanjar de una vez el problema, pero esta vez se trata de Nina Ninotchka Ivanovna Yakushova (Greta Garbo), mujer fría y eficiente que no se dejará engañar tan fácilmente. 


“¡Garbo ríe!”, (“Garbo laughs!”), se publicitaba la película. Y es que se afirma que era la primera vez que la Garbo reía ante la cámara, acostumbrada a hacer papeles dramáticos.  Se estrenó en 1939, dos meses después de iniciarse la Segunda Guerra Mundial y tuvo un gran éxito desde el primer día. Recibió cuatro nominaciones a los Oscar por Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Historia Original y Mejor Actriz Principal. 

Para mi es una de las mejores comedias que he visto. Está cargada de ironía, humor, belleza fotográfica (Garbo está guapísima) y una gran ternura. Los tres emisarios bolcheviques son unos inocentes encantadores de los que te enamoras enseguida.  Los diálogos son estupendos. Las críticas al capitalismo y al comunismo son constantes pero todo está hecho con buen gusto y de manera correcta.


Escenas inolvidables con diálogos como:

“Ninotchka: ¿Por qué lleva las maletas de otros?

Mozo: Es mi trabajo, madame.

Ninotchka: Eso no es un trabajo. Es una injusticia social.

Mozo: Depende de la propina.”

“Conde: Lo insultaste, ¿sabes? Heriste sus sentimientos. Es como decirle a un músico que no te gusta la música. Ese buen hombre cree tanto en la comida como tú en Karl Marx. No puedes ir por el mundo lastimando así a la gente, camarada Yakushova. Pero puedes compensarlo, ¿sabes cómo?, comiendo y saboreando todo lo que traiga.”

Hace poco me dijo mi hijo que muchos de sus amigos, algunos muy amantes del cine, no habían oído hablar de esta película. Ni de Lubitsch, ni de la Garbo. Sentí lástima que “Ninotchka” pueda caer en el olvido, que las nuevas generaciones no disfruten de esta obra de arte que aún en blanco y negro todavía está fresca. Pasa con otras muchas que nuestros jóvenes desconocen. No voy a decir que deberían ser una asignatura en los colegios, pero casi casi… Me dicen algunos amigos que hay un par de canales que últimamente están poniendo grandes películas de todos los tiempos, algo que espero que dure mucho. Tal vez algún día me decida a ver de nuevo televisión.

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